UNA LECCIÓN DE VIDA
Psicoorientadora: Gloria Ortiz Manotas
Hace ya un tiempo, un hombre castigó a su
pequeña niña de 3 años, por desperdiciar un rollo de papel de envoltura dorado.
El dinero era escaso en esos días, por lo que explotó en furia, cuando vio a la
niña tratando de envolver una caja para ponerla debajo del árbol de navidad.
Sin embargo, la niña le llevó el regalo a su padre a la mañana siguiente y
dijo: "Esto es para ti, papito". Él se sintió avergonzado de su
reacción de furia. Pero éste volvió a explotar cuando vio que la caja estaba
vacía. Le volvió a gritar diciendo: "¿Que no sabes que cuando das un
regalo a alguien se supone que debe haber algo adentro? La pequeñita lo miró
hacia arriba con lágrimas en lo ojos y dijo: "Oh, papito, no está vacía,
yo soplé besos dentro de la caja, todos para ti, papito..."
El Padre se sintió morir; puso sus brazos
alrededor de su niña y le suplicó que lo perdonara. Se ha dicho que el hombre
guardó esa caja dorada cerca de su cama por años y siempre que se sentía
derrumbado, tomaba de la caja un beso imaginario y recordaba el amor que su
niña había puesto ahí.
En una forma muy sensible, cada uno de
nosotros hemos recibido un recipiente dorado, lleno de amor incondicional y
besos de nuestros hijos, amigos, familia o de Dios. Nadie podría tener una
propiedad o posesión más hermosa que ésta. ¿La estás aprovechando como debes?
En esta Navidad da a
tú familia lo más hermoso “AMOR”
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