Prepare física y
emocionalmente a sus hijos para el inicio de clases
30 por
ciento del tiempo lo pasan los niños en el colegio durante sus años escolares.
Motive a
su hijo a entrar sintiéndose renovado y con disponibilidad de aprender lo
nuevo.
Por estos
días empieza un nuevo año escolar y con él llegan nuevas responsabilidades,
deberes y, ojalá, nuevos conocimientos. Los niños y los padres se asustan ante
este nuevo reto. Es bueno, entonces, como en todo, preparar lo necesario para
que su hijo llegue en la mejor forma posible al colegio.
Desde ya,
empiece a ponerle un nuevo horario a su hijo, nada de acostarse tan tarde y sí
que empiece a despertarse más temprano.
Compren
los materiales que el colegio haya pedido, compre o ajuste uniformes, también
una agenda para anotar tareas y asignaciones, y hágale una revisión médica y
odontológica, al igual que una limpieza de pies a cabeza que incluya corte de
pelo, uñas, estropajo, etc..
Haga del
inicio del colegio todo un ritual que motive a su hijo a entrar sintiéndose
renovado y con disponibilidad de aprender lo nuevo.
Designe
un espacio para hablar con su hijo de temores y aprehensiones que pueda tener
alrededor del año que comienza. Para los niños, por lo general, hay algo de
susto y de anticipación nerviosa, pues sienten que este año puede ser más difícil
o que les va a tocar con el profesor más "duro". También está la
incertidumbre que sentimos todos ante lo desconocido. Escuche y apacigüe
temores y también comparta algo de sus experiencias escolares.
Hagan
planes concretos de cómo se van a organizar, recorran la ruta del bus, conozcan
el colegio antes de ir por primera vez, averigüe quiénes van a ser sus
compañeros de clase e invítelos. Designen un espacio agradable, con buena luz,
para hacer tareas, pongan horarios para la TV y el computador.
Trace con
su hijo propósitos concretos para este año. Visualice con él los obstáculos que
pueda haber en el camino y definan objetivos claros y explícitos de mejoría. Es
bueno recordar que desde los 3 hasta los 18 años los niños pasan
aproximadamente el 30 por ciento de su tiempo dentro de un ambiente escolar. El
otro 70 por ciento, con los padres o en la casa. De ahí la importancia del
hogar y de la preparación y actitud de los padres ante el colegio.
Por eso,
hagan del tiempo compartido en casa un tiempo conducente al estudio. Hay muchas
actividades que se pueden hacer en familia y lograr al mismo tiempo que los
hijos aprendan mejor.
Fuera de
clase
Haga de
los paseos momentos educativos. Explíquele a su hijo cosas de los sitios que
visitan. Lea a diario con él o que los grandes les lean a los menores.
Hable
sobre las noticias de la semana con su hijo y póngalo a investigar sobre lo que
sucede en el mundo. Aproveche las sobremesas o los fines de semana para hablar
sobre historia, actualidad o temas educativos. Ver Discovery Channel en familia
puede ser enriquecedor.
Trate de
desarrollar la curiosidad de su hijo, pregúntele sobre lo que estudia en el
colegio para que entienda que sí tiene una relación con su vida familiar.
Aprendan
un deporte o hobby juntos para que así su hijo vea que aprender sirve para toda
la vida. Si su hijo ve que usted tiene interés en el estudio, lo más seguro es
que él también lo desarrolle.
Las
rutinas de estudio son importantes de establecer; al igual que un sistema de
refuerzos cuando su hijo trabaje hacia sus metas.
Conozca
el estilo de aprendizaje de su hijo y, sobre todo, esté ahí acompañándolo en
ese proceso maravilloso que es aprender. Su presencia continua motivará a su
hijo sin necesidad de tener grandes exigencias.
Al
contrario de lo que se piensa, los buenos estudiantes no tienen papás exigentes
sino papás amorosos y firmes que son buenos modelos de estudio para sus hijos.
También se ha descubierto que las tareas escolares para hacer en casa no
mejoran el rendimiento escolar.
El trabajo
en proyectos por fuera del colegio sí sirve. Lo esencial es que los años
escolares organicen el cerebro de los niños de tal manera que aprendan a pensar
crítica y creativamente.
Todo
esto, obviamente, debe darse en un ambiente donde el niño se sienta seguro
psicológicamente. Los años escolares dejan huellas para toda la vida. ¡Debemos
procurar que estas sean buenas y los preparen para ser felices y eficientes! *
Psicóloga y educadora
Si su hijo entra a jardín
Mónica
Reyes, profesora de Psicología del Rosario:
Recomienda
que el ingreso a jardín sea entre los 18 y 24 meses cuando el niño quiere hacer
cosas por sí mismo y necesita más actividad. Previamente al ingreso decirle que
va a conocer amigos nuevos, que tendrá una ruta, una maleta y leerle cuentos
acerca del tema. El primer día transmitirle tranquilidad, hacer una despedida
rápida y tratar de que lleve lo necesario
Annie de
Acevedo
Psicóloga y educadora
Especial para ABC del Bebé:
Psicóloga y educadora
Especial para ABC del Bebé:
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